Cómo juega el Atalanta, próximo rival del Valencia

Atalanta y Valencia se enfrentarán en los octavos de final de Champions (19/02 y 10/03). Descubramos cómo juegan los italianos y qué insidias presentan estos dos partidos para el equipo che.

Muchos aficionados del Valencia habrán lucido una gran sonrisa cuando el sorteo de Nyon decretó que habrían jugado sus octavos de final de Champions con el Atalanta. No obstante, el equipo de Bergamo (norte de Italia) es todo menos inocuo, a pesar de su falta de experiencia en la competición. Porque, como lo explicó Guardiola, “jugar contra ellos es como ir al dentista”: te puede ir bien, pero lo cierto es que te va a doler.

La Dea llega a octavos tras haberse clasificado como segundo del Grupo C, compuesto por Manchester City, Shakhtar Donetsk y Dinamo Zagreb. Una verdadera hazaña, ya que conquistó el pase a la siguiente fase en su primera aparición en Champions y a pesar de haber conseguido un solo punto en los primeros cuatro partidos.

En este momento, ocupa el cuarto puesto de la tabla de la Serie A (el último en asegurar la presencia a la siguiente edición de la Champions). Una posición que acaba de reforzar gracias a una victoria contra un rival directo, la Roma, que, ahora, se encuentra a 6 puntos de distancia. El crecimiento de este equipo en las últimas temporadas ha sido exponencial y, hoy, el Atalanta se ha asentado como uno de los grandes del calcio.

Gráfica: Antonio Cefalù. Fotos jugadores: web oficial del Atalanta Bergamasca Calcio.

Análisis Táctico

Gracias a la continuidad encontrada con el técnico Giampiero Gasperini (en el banco atalantino desde hace la temporada 2016/2017), el Atalanta tiene un juego reconocible, moderno y que ya ha asimilado de manera que lo pone en práctica con total naturalidad.

Los bergamaschi se disponen con un 3-4-1-2 – cuyo unodos puede variar según el momento del partido y las libertades de movimiento que se tomen los atacantes. Su juego se funda sobre una concepción ofensiva del fútbol en cualquier momento de su desarrollo, tanto cuando se defiende como cuando se ataca.

La fase de construcción suele empezar de abajo. El balón se mueve del tercer defensa a los poderosos carrileros, que después eligen si trasladarlo para el medio o si proseguir la jugada por las bandas, con un centro en la mente. En cada caso, se involucran los dos jugadores de mayor calidad del equipo, Alejandro Papu Gómes y Josip Ilicic, enganches/extremos muy completos y fantasiosos que pueden representar una amenaza en cualquier fase del juego.

Si la opción elegida es centrar, el Atalanta llenará el área de efectivos. Suben por lo menos cuatro (pero podría incluso sumarse un defensa central) y alguien se queda en el límite. En cambio, si el juego se desarrolla por la zona central del campo, Gasperini confía en la creatividad y la gambeta de sus delanteros y en la capacidad de crear espacios de su formidable punta, Duván Zapata. Los tres se completan tan perfectamente como pocos tridentes del fútbol europeo. En este caso, el equipo puede también decidir ralentizar el juego y elegir sus opciones con más calma. De todas formas, el resultado es un juego a menudo espectacular.

Clásica situación de centro al área: siempre llegan 4/5 jugadores a atacar la portería, incluso el lateral opuesto. Ilicic se queda en el límite para el remate (Imágenes: DAZN Italia).

Saltar al campo pensando no conceder ni un tanto al Atalanta no es realístico. Pueden ser 20 minutos, 45 o todo el partido, pero los italianos siempre se van a estrellar encima del equipo contrario como una avalancha. Defender contra su rapidez, creatividad, afán y agresividad es muy complejo. No es por casualidad si los atalantini tienen el mejor registro goleador de la Serie A (63 goles en 24 partidos), un campeonato donde se da mucha atención a la fase defensiva.

Y son tan lindos como despiadados, porque si arrancan, no se paran, como demuestran los cinco partidos en esta temporada en los que marcaron cuatro o más goles. Fueron 4 ante el Sassuolo, 5 ante el Parma y el Milan, y hasta 7 contra Torino y Udinese.

Una imagen del 7-0 en Torino que habla por si sola: el Atalanta es tan linda como despiadada (Imágenes: DAZN Italia).

Mano a mano, sin miedo

Como dijimos, el Atalanta es ofensiva en todo momento. Y esta es tanto su fuerza como su debilidad. Para consentir la ocupación masiva de la defensa adversaria y su juego rápido y fulminante, Gasperini arriesga mucho atrás, confiando en una presión muy agresiva en todas las zonas del campo para recupera el esférico cerca del arco contrario. Esto se traduce en la creación de diez marcas personales en todo el rectángulo. Ofensivamente, muy rentable. Defensivamente, los riesgos de dejar demasiados espacios al adversario son evidentes.

Ejemplo de los mano a mano que se vienen a formar por todo el rectángulo de juego. El Atalanta no tiene miedo (Imágenes: DAZN Italia).

El juego atrevido de Gasperini no conoce excepciones. Este es el estilo que los hizo convertir en un gran equipo y no se va a cambiar. Ni siquiera cuando se enfrenta a adversarios con delanteros muy peligrosos. Por ejemplo, esto pasó en el último partido contra el Inter, en el que, como de protocolo, Tolói y Palomino se encargaron de marcar a Lukaku y Lautaro Martínez. En la situación de juego presentada abajo, el tercer central (Djimsiti) salió a presionar a Sensi como un líbero, dejando el dos-contra-dos atrás suyo. En esta acción marcará Lautaro, pero el Atalanta terminará remontando al los nerazzurri.

Por cierto, la Dea es un equipo que no le tiene miedo a la desventaja y a deber tener que remontar en el marcador – algo que suele lograr con impresionante frecuencia. Esto se debe a sus momentos “avalancha”, por supuesto, pero también a una gran variedad de opciones en el banco. En efecto, el equipo bergamasco es el que, en las 5 mejores ligas de Europa, ha marcado más goles con jugadores entrados cuando el cronómetro ya estaba girando – 12 tantos. En concreto, hablamos sobre todo del mediano Pasalic, el delantero Muriel y el enganche Malinovskyi.

Palomino (centro) marca a Lukaku y Tolói (centro-derecha) se encarga de Lautaro. Los demás no son pasivos: están controlando a distancia su contraparte en el duelo individual (Imágenes: DAZN Italia).

Los mejores jugadores

Como se ha sugerido, el tridente es el elemento más temible de este equipo. Habilidosos, visionarios, pequeños, físicos, goaleadores, jugones: lo tienen todo.

Alejandro el Papu Gómez es un jugador maduro y en la cúspide de su carrera. Suele ser el enganche de esta maquinaria, bajando a buscar la pelota para favorecer su circulación o para llevársela hasta el limite e inventarse la jugada resolutoria. Es el genio creativo de la Dea, el hombre sin cadenas en un engranaje que, con los demás efectivos, trabaja de forma sistemática.

Josip Iličić es un extremo, un mediapunta, un punta, o el jugador más eficaz del planeta, dependiendo del momento. Alto, jorobado y delgado, ni dirías que es un futbolista, pero Iliciclone (“Iliciclón”) es un jugador con goles y clase de sobra. Gran protección del balón, regate fácil y zurda arrolladora, sus diagonales pelota al pie de la banda al centro ya desde algunos años son la pesadilla de media Serie A.

Duván Zapata es el 9 de este equipo. Rápido, técnico, inteligente y goleador. Pero, sobre todo, un armario. Marcarlo no es algo para cualquier defensor.

Además, cabe destacar los laterales-extremos de este equipo. Robin Gosens y Hans Hateboer sobresalen por físico y su omnipresencia. No es inusual que uno defina el centro del otro. Por último, no se puede dejar de mencionar Marteen De Roon, cerebro y eje de la medular atalantina.

Iličić, Zapata y Tolói (EFE/EPA/ALESSANDRO DI MARCO).

¿Cómo ganarle?

Puesto que si la ya mencionada avalancha dura 90 minutos no hay muchas soluciones, veamos cuáles podrían ser las mejores maneras de contrastar el Atalanta.

En general, el Atalanta es un equipo que suele hacerte jugar mal por la intensidad que imprime al partido. Si no puedes jugar a su ritmo (o más), mejor tratar de ralentizar las operaciones. Probablemente, un juego más conservativo, evitando una presión muy alta, es una buena idea. Lo ideal es crear mucha densidad por el centro, para que Iličić y Gómez tengan menos oxigeno a su disposición.

A nivel ofensivo, hay que confiar mucho en tu salida del balón para pelotear a partir de tu área. Por cierto, ser capaz de saltar la primera línea de presión te proyecta rápidamente y con peligrosidad hacia el arco adversario, pero no es una operación para todos. En cambio, en presencia de un punta que puede defenderlo, no hay que avergonzarse por querer cruzar el campo verticalmente con un pelotazo largo. De hecho, parece la manera más lógica de atacar a la Dea.

En general, la mejor medida táctica para poner en dificultad a la defensa atalantina es exasperar los mano a mano entre defensas y delanteros. Como hacía el Inter en la imagen anterior, intentar crear conexiones estrechas entre los atacantes puede complicar la vida de los últimos hombres, ya que los desplazamientos rápidos suelen ser lo más difícil para controlar para un defensa.

Por si no se hubiese entendido, estos octavos están más abiertos de lo que creían.

Antonio Cefalù

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