Nadie se llevó los tres puntos de un partido muy disputado. Por como había arrancado, el Inter parecía poder golear al Atalanta. Por como evolucionó el juego, el equipo de Giampiero Gasperini es el que más cerca estuvo de llevarse todo el botín. Antonio Conte va a tener que agradecer a su guardameta, Samir Handanovic: un penal parado en el último minuto le permitió no salir de San Siro derrotado.
El Inter arrancó el partido como lo hacen los equipos hambrientos. O, si prefieren, como lo hacen los equipos de Conte. A los 20 segundos, Lukaku pateó al palo. Solo se estaban calentando: pocos momentos después, una serie de pases verticales culminada con la pared entre Lukaku y Lautaro manda este último a las espaldas de Toloi, inerme frente a la rapidez y la potencia de la transición interista. Eso pasa cuando juegas de memoria. Al argentino solo le quedó reventar la pelota al arco. 1-0.
En el equipo neroazzurro volvió del primer minuto Sensi, quien jugó como si no hubiese faltado ningún partido en los últimos meses. El pequeño interno interista tuvo más facilidad en adaptarse al ritmo-partido que su colega Zapata (otro que volvía a la titularidad), que, por su estructura física, necesitará más minutos para volver a la forma óptima. Tras un partido sin agudos, el colombiano fue sustituido al comienzo del segundo tiempo por Malinovsky, quien mandó un tiro al poste pocos minutos más tarde.
Sobre el final del primer tiempo, el Atalanta reclamó un penal que, al ver el replay, pareció claro y evidente: en una situación de balón parado, Lautaro Martínez se lanza y abraza la pierna de Toloi – un intento desesperado de evitar que el defensa atalantino empuje frente a la puerta vacía. No obstante, el VAR Irrati no recomendó la on field review a su colega de campo, quien no había visto el contacto. Un error grave, a pesar de que, sí, se concedió otro penal en el minuto 88’, cuando ya Gosens había marcado el empate. Si antes al Inter lo salvó el arbitraje, en los últimos minutos la capa de superhéroe se la puso Handanovic, quien atajó un penal no perfecto de Muriel. El arquero igualó el record de penales parados en Serie A poseído por Pagliuca, Muriel erró su primer penal desde su debut en el calcio. Las dos caras de la misma moneda. Match point fallido, no habrá otros.
Dentro de todo, el Atalanta fue el equipo que se vio enchufado por más tiempo, también gracias a los ajustes continuos que hizo Gasperini a su disposición en el campo. Una prueba de madurez de un conjunto que siempre fue temible, pero que ahora está creciendo para establecerse, cada día más, como un grande del calcio. Por otro lado, el Inter se fue tomando pausas a lo largo del juego, pero, cuando atacaba, siempre dio la idea de poder ser peligroso. Difícil que sea de otra forma, con una dupla como la neroazzurra.
El 1-1 final es el clásico resultado que no contenta a nadie. Les va a saber amargo a los hinchas del Atalanta por la ocasión perdida, y deja a los del Inter con la conciencia de que podrían no ser campeones de invierno si la Juventus ganase mañana con la Roma (20:45).
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